10 febrero 2007

LA OBRA DE PEPE RUBIANES

El actor Pepe Rubianes, gallego de nacimiento y catalán de adopción, viene esta tarde a Getafe, al teatro municipal, para interpretar la obra Lorca somos todos.

El Partido Popular ha puesto el grito en el cielo y ha denunciado que con el dinero de todos los vecinos, se está subvencionado la obra de un señor que insultó gravemente a todos los españoles, al propio país y que denigró nuestros valores.

Pero el PP no tiene esta vez toda la razón.

A nadie se le escapa que el señor Pepe Rubianes es tan buen actor como bocazas estúpido, que se le calienta la boca rápidamente en Cataluña porque allí, cuanto más enemigo eres de España, más te ayudan. Es cosa del Tripartito (ahora Entesa) grupo de políticos nacionalsocialistas del PSOE, de ERC y de IU-ER que son enemigos de España, independentistas, rebeldes sin causa y un poco idiotas; además de hipócritas y egoístas, porque viven, estupendamente bien, con el opíparo sueldo que les pagamos todos los españoles.

En la Generalidad catalana, que no en Cataluña, se priman las ideas de: colaborar con ETA-Batasuna; enfadarse porque la Justicia encarcele a los terroristas; dar besos en la boca a De Juana Chaos para que esté contento; legalizar todas las drogas, no sólo las mortales tabaco y alcohol (que son las peores drogas del mercado, las que más muertes causan) sino todas; apoyar el movimiento Okupa para que entren en tu casa y compartan tu baño; y por supuesto, la organización de Embajadas catalanas en todo el mundo, que hay que observar la cara que ponía Moratinos cuando el Vicepresidente de la Generalidad se lo explicaba en reunión oficial; por cierto, no vimos ni escuchamos al Ministro de Exteriores llamar gilipollas a este gilipollas.

En este ambiente de estupidez anti española es lógico y normal que salgan casos como el de Pepe Rubianes.

Pero por encima de los actos de este actor-dramaturgo, está su derecho a la expresión. La Justicia le está juzgando por sus frases, por lo que se puede distinguir un delito. Hay que dejar que el tribunal determine.

Pero las palabras de este actor nada tienen que ver con su obra. Su libertad de expresión es similar a la nuestra de ir o no a verle. Lo ideal es que se vendieran todas las entradas y después nadie acudiera; es el mayor castigo para un artista. Pero arremeter contra derechos fundamentales no es correcto.

Tiene razón D. José Luis en su crítica al señor Rubianes, pero no la tiene al no aceptar su interpretación en nuestra ciudad. Si Pepe Rubianes es culpable pagará, incluso puede ir a la cárcel. Pero mientras tanto, es inocente. Y además, los delitos de opinión son contrarios a nuestro marco constitucional, excepto los que se refieren al apoyo del terrorismo; que se transforman en terrorismo en sí.

No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Si el Conde Pedro ha decidido que Pepe Rubianes puede actuar en Getafe hay que aceptarlo como juego democrático. Se le puede preguntar al conde qué opina de las palabras del actor, si las apoya o no (estamos seguros de que no) pero no se debe coartar la libertad de nadie, aunque sea un bocazas lenguaraz.

Si todos los getafenses que vayan a verle al teatro, al terminar la actuación, se quedaran en sus asientos impertérritos, sin aplaudir, demostrarían al pontevedrés que la obra les ha gustado (por eso de no pitarle) pero que no están de acuerdo con sus actos, sus insultos, sus palabras y sus gestos independentistas.

Esa es la respuesta ante este tipo de actitudes respaldadas, insistimos, por el gobierno nacionalsocialista de Cataluña.

Y aún nos queda el Estatut. ¿Por qué no harán caso a Felipe González?

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