Las cosas no pintan bien para el PSOE getafense electoralmente hablando, principalmente para su líder, el alcalde Castro.
En la ciudad, pocos son los periodistas que editan sus opiniones. Uno de los más destacados ha escrito un excelente artículo, cual recomendamos leer: Aguirre se luce, Castro se resigna, firmado por Miguel A. Gasco. Al socaire de esta opinión, queremos abundar sobre el asunto, porque es la clave de lo que está acaeciendo hoy día en la política getafense.
La soledad del Conde Castro es manifiesta. Muchos años, quizá demasiados, de poder absoluto le han llevado a permanecer solo en el alto piso de la Torre del homenaje, donde los caballeros velan armas por su Señor, pero siempre un piso más abajo. Castro está solo, y se muestra y demuestra en los actos públicos donde aparece. El último importante, en la visita de la presidenta, dña. Esperanza, que se volvió a dar un baño de multitudes, fotógrafos y micrófonos: de Comunicación, en el castillo del Conde Castro.
Era de esperar. El veterano líder socialista no ha calibrado bien a su enemigo. Acostumbrado al compadreo con el faraón Gallardón, quien le salvó del ataque efectivo de D. José Luis en varias contiendas, no calculó con precisión que delante, en la Comunidad, tenía a la política-mujer más importante del país (guste o no, veasé, si no, la lucha que D. José Luis Rodríguez Zapatero mantiene con ella, o la clara devoción que tiene la presidenta de llegar a la Moncloa de la mano de su maestro D. Rodrigo)
Durante toda la legislatura, y en anteriores, el Conde Castro ha alardeado de la ciudad de Getafe como: la Capital del Sur, también la Capital de la Comarca, después la Capital de la Comunidad de Madrid, Capital de la Cultura, Capital de la Tolerancia, Capital, Capital, Capital... hasta tal punto que desde las almenas de la Puerta del Sol echaron el ojo sobre Getafe y se creyeron la importancia estratégica que tiene en el Sur-CAM y en la propia Comunidad, de forma que la presidenta aceptó el envite y designó la toma de Getafe como uno de sus objetivos principales, de cara a la batalla electoral.
Por varias razones. Una, curiosamente, es la guerra constante que mantiene la Presidenta con su caballero el Faraón Gallardón. Éste impidió durante años el despliegue y desarrollo del PP getafense, porque prefería ayudar a los socialistas del Conde. En esta legislatura, la presidenta rompió las ligaduras y le otorgó a D. José Luis mando en plaza pepero, poder para luchar de tu a tu con el Conde Castro. Los resultados han sido exquisitamente satisfactorios para el PP Local y para el PP Regional de forma que hoy día, es clara la posibilidad de acceder a la alcaldía de D. José Luis. Todo el mundo sabe que D. José Luis es uno de los principales caballeros de la Mesa redonda de la presidenta, de forma que sus conquistas y victorias lo son para el Castillo principal y para la causa de Aguirre.
También ha influido, y es lo que más nos importa, la propia campaña de propaganda que el Conde Castro ha mantenido con su ciudad almenada. Castro ha pretendido hacerla Gran Ciudad (pese a las muchas críticas recibidas, también desde sus socios de gobierno) ha querido que Getafe brillara con luz propia en la Comunidad: catedral, teatros, museos, fundaciones, centros de poesía, campos de futbol, centros de formación ocupacional, hospital, metro, etc. Todo ello beneficioso para la ciudad pero pagado, casi exclusivamente por la Comunidad de Madrid.
El Conde Castro alardeaba del crecimiento de la ciudad, mientras que la presidenta y sus consejeros, como hormiguitas, iban poniendo millones y millones de euros, sembrando, abonando el terreno para recoger una buena cosecha en forma de votos. Y la cosecha ha llegado. A tres meses de las elecciones, la presidenta no para de venir por Getafe para reclamar lo que es suyo en justicia: la Comunidad ha pagado, el mérito es de la Comunidad. Pasó en la re-inaguración de la Catedral y lo tuvo que reconocer el propio Obispo Joaquín: gracias al dinero de la Comunidad, y sólo de la Comunidad, el templo ha vuelto a abrir sus puertas. Ha pasado el lunes en la re-inaguración del Centro de Formación, donde la presidenta, abandonando la diplomacia, llegó a Getafe a hacerse un recorrido de estrella mediática, en base al mucho dinero invertido.
La Comunidad, la presidenta caló pronto al alcalde Castro. Todo cuando el Conde pedía se concedía en forma de euros, todas las inversiones propuestas, 400 millones de euros. El Conde pensaba que él podría llevarse el rédito político por ser el noble del Castillo, pero se equivocó, error estratégico fatal, porque quien paga manda, y quien ha pagado ha sido la presidenta Esperanza, de forma que ahora vuelve y vuelve a Getafe a reclamar su inversión en forma de foto, video, discurso y llegada al Pueblo.
Además, el Conde, mal aconsejado (mira que se lo hemos dicho) a continuado con el discurso a lo Rafael Simancas: caña a Esperanza hasta que se sepa Guerra y Paz de memoria (como es laicista socialista) y claro, ha sido un juego esquizofrénico, por un lado el Conde Castro pidiendo dinero a la Comunidad. Ésta se lo daba en forma de inversión. El Conde y sus caballeros criticando a la Comunidad por falta de inversión. La Comunidad, calladita y talentosa, poniendo más dinero. Más críticas a la Comunidad porque se ha olvidado de Getafe... Y el resultado es uno solo, como la verdad: 400 millones en inversiones y casi todo cuanto aparece en la publicidad institucional pagado con el dinero regional. Y la gente no es tonta.
Mientras que dña. Esperanza ha formado una guardia pretoriana fiel y guerrera, el Conde Castro ha dejado escapar a su mejor caballero, ha permitido que los escuderos se impongan en la Agrupación, ha tenido que ceder a varias familias... Todal, la desunión y el abandono.
Decía M.A. Gasco en su artículo que el alcalde estaba sólo frente a dña. Esperanza, abandonado por sus dos lugartenientes: D. David y D. Francisco. Es lo habitual, en los enfrentamientos políticos con la presidenta, el alcalde se encuentra solo, solo ante el peligro, solo ante el rival; solo ante el acoso constante al que le somete el PP Local, con el máximo y absoluto apoyo de la presidenta del partido. Nadie vela armas con el conde de cara a la próxima contienda, porque cada caballero y dama de su mesa están preparándose para lo que ha de venir, si ganan, a ver en que me colocan, si perdemos, a ver a donde me voy.
Castro ha cometido muchos errores. El peor, escuchar solamente a aquellos que no se atreven a contrariarle, a aquellos que solamente le hacen la pelota, le bailan el agua, le dicen si wuana. El Conde, habilidísimo estratega, ha estado nefandamente aconsejado durante esta legislatura, por muchas causas, unas por incapacidad de los consejeros y oteadores, otras por rencillas internas o vanaglorias vanas; pero en todo caso, en los últimos meses estamos asistiendo a errores estratégicos que claman al cielo.
El peor, el evento de la Catedral. Además de la batalla por los discursos, lo más negativo para el Conde Castro vino después: nadie previó la hecatombe, y eso que acudió al templo con la casi totalidad de su equipo asesor, comunicador y la mayoría de sus caballeros (muchos ya no tan fieles) El Conde se quedó sin hablar. Los periodistas, sobre todo los locales, se enfadaron, con razón, porque se nos había prometido declaraciones y, después de aguantar el acto, no las hubo. Llegado casi el final, la presidenta se despidió y salió al exterior para darse un baño de multitudes, besos, abrazos, fotos.... El Conde dentro, aguantando el chaparrón y más cabreado que una mona, afilándose el mismo su espada (¿donde estaban sus escuderos?) Nadie de su extenso y excelentemente bien pagado equipo, se percató de nada y ninguno reaccionó. Y es que el hambre agudiza el ingenio, pero el estomago lleno trae el sopor.
Conde Castro, un análisis y consejo gratuito en forma de recreación:
Con la prensa local molesta, la que todos los días cubre la información, a alguien se le podía haber ocurrido la contraestrategia para Dña. Esperanza. Cuando ella decidió marcharse, el Conde Castro debió acompañarla al coche, como anfitrión, o sea:
- Esperanza: me voy Pedro
- Castro: espera presidenta, te acompaño
-E: no hace falta, quédate que el concierto es muy bonito
- C: por favor, presidenta, no faltaba más, estás en mi ciudad y yo te acompaño, como siempre, a la puerta de tu coche, que en Getafe somos unos caballeros.
Los dos saliendo juntos. Los dos enfrentándose al Pueblo. Quizá besos, quizá pitidos, pero Castro tomando el brazo a la presidenta, acompañándola hasta su automóvil, hubiera evitado en gran parte el baño de multitudes y las fotos y los videos.
Y mientras tanto, alguien del equipo del Conde, convocando en petit comité a la prensa, sobre todo la local, a las puertas, porque el alcalde va a decir unas palabras. Todos allí, en lugar de hacerle fotos a los besos de la presidenta, esperando las palabras-discurso del alcalde; el mismo que no le dejaron pronunciar, el mismo que hubo de colgar en Internet (y es que es demasiado tarde, amigo David, por mucho que tu hagas, es demasiado tarde; ¿o no?)
Dña. Esperanza se marcha y el alcalde atiende a los medios. Al día siguiente, la prensa habría podido conocer la opinión del edil ante lo acaecido.
Esta pequeña ficción hubiera supuesto un cambio en los resultados. Pero no fue así, y la realidad es que el partido terminó: Esperanza 3 Castro 0
Y lo mejor-peor de todo es que dña. Esperanza va a volver muchas veces al Castillo getafense, ella y su equipo, y continuarán recolectando los frutos de su inversión, política y económica, y los medios hablando de ello, y el Pueblo enterándose....
No será que no lo hemos dicho veces. Pero claro, no son todos los que están ni están todos los que son. ¿Verdad?
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