El estreno de la Número Dos del PSOE getafense no pudo ser más nefasto. La concejala electa, la misma que ha pasado por encima del bueno y capaz de D. Francisco (ten cuidado Paco) se estrenó la semana pasada, justo cuando el alcalde parleño hacía su presentación a la candidatura de mandamás del PSM, anunciando que ya había acuerdo de gobierno entre PSOE e IU en Getafe. La noticia, voceada tomó por sorpresa a los periodistas, quienes sabían que la negociación iba lenta, difícil y para nada terminada. Los profesionales de la comunicación hicieron lo que está escrito en el manual: contrastar la noticia con D. Ignacio, quien se lo tomó muy mal y causó espanto en la Coalición izquierdista.
Horas después, el Departamento de Comunicación del Castillo emitía una nota aclaratoria en la que, donde decía digo, digo ahora Diego, y la concejala electa se retractataba afirmando que se refería al acuerdo global a nivel nacional; entendemos que entre D. José Luis Rodríguez y D. Gaspar.
Pero el mal estaba hecho. En política, sobre todo cuando las partes están negociando un acuerdo exquisitamente complicado, no se pueden dar voces de triunfo, no se puede vender la piel antes de cazar al oso. De alguna manera, la alcaldía volvió a dejar con el culo al aire al único concejal que, en estos momentos, puede dirigir al grupo municipal socialista, D. Francisco; después de la huida de D. David.
No hacía falta encorajinar a los posibles socios futuros con alharacas gratuitas. D. Ignacio, presto siempre ante los Medios, respondió con meridiana claridad: estamos lejos de un acuerdo, y sólo hemos cerrado el asunto de las 1567 viviendas de los Molinos-Buenavista.
¿Qué falta le hacía a D. Francisco esta andanada a babor? Ninguna. Es seguro que se trató de un acto bisoño por parte de la Número Dos socialista, quien aún no ha cogido el tranquillo a eso de la política-auténtica-local.
De hecho, los hechos demuestran que colocar a D. Francisco en el Número Tres del Castillo es el error más grave que ha podido cometer la Agrupación socialista. Ahora, estos días, este concejal con experiencia, pericia, mano izquierda y capacidad política suficiente y necesaria, está actuando de portavoz gubernamental, dirige la comisión de su partido en las negociaciones con IU y, a buen seguro, controla todo el Castillo. Lo mejor es que le dejen trabajar y, en todo caso, le consulten antes de hablar.
Divertida legislatura se presenta.
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