Radiantes, alegres, contentos estaban los concejales D. Pedro, D. Francisco y D. Ignacio esta mañana anunciando y congratulándose, porque el Consorcio de los Molinos -Cerro de Buenavista había seleccionado a las empresas que optarán por una parcelita para hacer monos pisitos.
Todos, los tres más todos cuantos se acercaban con sonrisa profident al salón de Plenos, expelían gracezo y soltura ante los comunicadores acreditados, un poco cansados, digo yo, de aguantar el sempiterno retraso en los comienzos de las ruedas de prensa.
La cosa es que el Consorcio, ya se sabe, 60% de la CAM y 40% del Ayuntamiento, ha determinado y nominado a quién le corresponderá hacer 7212 viviendas. Hay sorpresas en las listas, promotores muy contentos y otros bastante cabreados; alguno, incluso, expectantes ante el futuro incierto que se les presenta.
El Conde D. Pedro bien, es justo reconocerlo, porque la cuestión se está llevando con dignidad, pese a las enormes presiones que ha sufrido la Segunda y Tercera planta del Castillo por algún que otro promotor. Y, además, por otras presiones no menos duras y crueles que se han vivido en la Casa del Pueblo, con otros promotores con carné que se han visto descolgados.
D. Pedro, decimos, ha hecho una buena labor, limpia y justa (como debe ser siempre) y aunque no le guste mucho la idea de D. Ignacio: que todas las viviendas sean públicas y baratas, se ha tenido que plegar a la realidad: el Consorcio por expropiación es un éxito y una oda a la igualdad y el socialismo.
Pero ahora queda lo más difícil. Tanto el Conde como su lugarteniente, D. Francisco, deberán mantener el torneo a caballo contra D. Ignacio por las 1567 viviendas que le corresponden gestionar al Ayuntamiento. D. Ignacio quiere que todas ellas las construya la EMSV para que salgan muy baratitas y esté todito controlado por el Gobierno local. El Conde y su caballero urbanista no están por la labor, porque tienen muchas deudas (políticas) que pagar a ciertos promotores con carné que se han quedado fuera, posiblemente, por la falta de unión que existe en cierta familia socialista. Además, está la espina clavada en la pezuña del alazán del Conde que supone cerca de 1500 cooperativistas que están esperando una respuesta.
D. Pedro lo ha dejado claro: nadie se quedará sin vivienda. Estamos de acuerdo y apoyamos su decisión, porque en esta ocasión, el Castillo está pensando más en los ciudadanos cooperativistas que en el gremio de los ladrilleros. Viviendas, parece ser que habrá para todos, pero para ello hay que contar con las 1512 que tiene en el cajón el Conde y que vigila con ojo avizor D. Ignacio. De hecho, D. Pedro ha manifestado que el Gobierno pretende que las construya la EMSV, pero ha dejado la puerta abierta a utilizarlas si aconteciera alguna contingencia; o sea, que ha dejado la ventana a medio cerrar para poder escuchar los llantos de algunos. D. Ignacio anda muy seguro de sus huestes, pero no debería despistarse en este asunto, porque se puede encontrar compuesto y sin novia.
Después de las elecciones todo puede cambiar. Si gana el Partido Popular, D. José Luis será quien decida qué hacer con las 1512 viviendas. Si gana el PSOE, siempre en coalición con Izquierda Unida, es más que seguro que apearán a D. Ignacio del roncel de la vivienda pública, para poder jugar las cartas políticas como mejor convenga a la Agrupación socialista y/o a la Segunda Planta.
En todo caso una cosa queda clara: con estos nuevos desarrollos queda plenamente respondida la demanda de vivienda en la ciudad, de forma que se podría cortar el grifo ladrillero y dejar a los que mueven estos hilos de oro en el paro. Si en Getafe no hacen falta más viviendas, debería dejar de crecer y dedicar el esfuerzo y el dinero en mejorar la actual ciudad. En caso de que no sea posible, el único método que se debe utilizar es el Consorcio Público por Expropiación.
Pero de momento, nos metemos en campaña con una presión enorme sobre los candidatos. Se dice que habrá viviendas para todos los cooperativistas, y que se tomaran de la lista de la EMSV, pero resulta que en ese listado hay muchas personas que no son cooperativistas de nada y que tienen el derecho a optar por una de las 1512 viviendas, de forma que, como en la Administración no se puede desvestir a un santo para vestir a otro, el Conde tendrá que tejer muy fino para solucionar el problema de muchos cientos de personas que, de momento, están sin casa y con menos dinero en su bolsillo. Ya se me entiende.
Veremos que nos cuentan en los mítines, será divertido.
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