26 marzo 2007

PSOE CARA vs PSOE CRUZ

En la Comarca tenemos dos formas distintas de entender el Socialismo, dos maneras diferentes de asimilar el poder desde el Centro Izquierda. Por un lado está el gobernar caduco del alcalde de Getafe, quien no goza de mayoría y a tenido que pasar un auténtico calvario con sus socios de gobierno y una oposición crecida. Por el otro, está el alcalde de Parla, una joven muestra de que las cosas en el PSOE se pueden hacer bien y, sobre todo, que los ciudadanos así lo perciben

Mientras que el alcalde getafense no hace otra cosa que raspar votos de donde puede, a base de convenios faltos de contenido y euros, nadie duda de que el alcalde parleño volverá a arrasar en la ciudad y con toda seguridad, será, de nuevo, el alcalde más votado de España.

Son dos maneras de concebir la política, dentro de un mismo partido, el PSM-PSOE. Ambos son dos líderes regionales, pero mientras que el alcalde de Getafe, Pedro Castro, se enfrenta, muy posiblemente, a su última cita electoral, escaso de confianzas, apoyos y, por encima de todo, abandonado por Moncloa, el alcalde de Parla, Tomás Gómez, se enfrenta a una contienda electoral fácil, sin enemigos a la vista y con toda una ciudad, cada día mayor, encantada con su manera de gobernar.

Pedro Castro lleva 25 años haciendo la misma política, mitinera, folclórica y populista. Hace una década, la cosa funcionaba y el manchego conseguía hacer de su capa-ciudad un sayo. Desde lo alto de la Torre del Homenaje, el Conde atisbaba el futuro y a sus gentes, controlándolo todo y a todos, creando una tupida red de apoyos incondicionales a base de prebendas y regalos. Año tras año la ciudad creció y creció, y el poder del Conde-alcalde se hizo autoritario, exclusivo y, ante todo, único. Todos cuantos aparecían y comían en la mesa de la Segunda Planta del Castillo, se maravillaban del esplendoroso poder del Señor, pero a la mínima apariencia de igualarle, asemejarle o sucederle, se cernían sobre el incauto camarada todas las sombras del infierno, y acababa, o en el Ladrillo o en el ostracismo bien pagado.

El gobierno en Getafe ha visto pasar a muchos socialistas que ahora son olvidados, y ha contemplado el paso penitente de algunos, poquísimos, buenos políticos, que han sido desterrados de la Comarca u ocultados en alguna marca lejana. Sin sucesor, ninguno, por más que algún malintencionado recurra siempre a nominar al hijo del Conde, cosa que está más que difícil, el alcalde se enfrenta a su última batalla con un todo vale. Cualquier cosa ha servido para mantener en el Poder Absoluto al Señor del Castillo. Y cualquier medio justifica el fin para que no lo pierda el 27 de mayo.

Mientras tanto, a pocas leguas de camino, otro líder socialista se enfrenta a revalidar su mandato desde una perspectiva absolutamente diferente. En Parla no hay castillo, ni señores, ni nobleza, ni excesivas prebendas. Por contra, hay una labor excelente que ha servido para trasformar un pueblo con mala fama en la ciudad de la Comarca más próspera y vital. Pero sobre todas estas particularidades, nacidas de la energía lumínica que expele el bastón de mando de Tomás Gómez, encontramos a un Pueblo contento con su ciudad y sus gobernantes. Un Pueblo que le votó en masa, con absolutismo decisorio, y que pretende imponer nuevamente su tesis. Un Pueblo que ha sabido entenderse con su alcalde y con su manera de hacer política: directa, sencilla y eficaz.

No sólo están en juego dos ciudades, sino que la Comarca entera pende de un hilo de seda. Hasta ahora, hemos propuesto que Getafe debería ser la Capital de la Comarca Socialista (desde el PP no ven bien este cambio de estructura regional) pero los hechos nos quitan la razón. Getafe es una plaza dificilísima para el socialismo. Al asedio del Partido Popular de José Luis Moreno, acuciante y férreo, se une el desencuentro con los socios gubernamentales, encabezados por Ignacio Sánchez Coy, quienes están más que hartos de la política autoritaria del Conde. Y a todo esto debemos sumar el ninguneo de Moncloa a Getafe; o sea, a Pedro Castro, en una relación cada día más fría, oscura y distante, que nace del apoyo de Pedro Castro al candidato socialista José Bono, y cuya traición no ha perdonado José Luis Rodríguez Zapatero. Hoy, está inquina entre camaradas se ha representado en la salida callada y por la puerta de atrás de David Lucas (de la Agrupación y del Ayuntamiento, donde sus compañeros concejales apenas le hablan) auspiciada por su mentor primero, Gregorio Peces y por su auténtica valedora, la Vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega. Una puñalada política al Conde Castro de la que, seguro, no se recuperará a tiempo.

Leguas al Sur, Parla se presenta como flamante candidata a la capitalidad comarcal. Con Getafe herido, Leganés perdido ante la fuerza de Raul Calle y la posible subida del PP, la Comarca debe elegir entre Fuenlabrada y Parla; toda vez que Móstoles es pepera y lo seguirá siendo con facilidad. La primera tendría posibilidades, pero en la segunda plaza hallaríamos al político más votado, a la forma de hacer socialismo más eficaz y a una persona joven que ha sabido ganarse el respeto y la admiración de todos.

Tomás Gómez ha conseguido el Hospital. Ha orquestado la ciudad con el Tranvía. Ahora lucha por la Universidad y, bien seguro es, que la presidenta Aguirre verá con buenos ojos un nuevo rival, ahora que Pedro Castro toca a su fin político.

Con todo, la auténtica batalla se dará en los campos del PSM. Simancas es un cadáver político que nadie aprecia ni quiere. Le han dejado solo ante sus huestes, cada día más mermadas; fue insultado y menospreciado por Moncloa, toda una señal de su decadencia. Viendo cada día más lejano e imposible acceder al trono regional, con una Esperanza Aguirre crecida y dominante, Rafael Simancas puede observar como algunos ayuntamientos socialistas importantes se caen del poder, a causa de su nefanda gestión, se dedo autoritario y su deseo de crearse una guardia pretoriana por lo que pueda venir. Getafe, Leganés, Alcobendas, Griñón... Plazas fuertes que pueden caer, políticos-alcaldes que perderán su impronta en el socialismo regional. Y una plaza fuerte que se mantendrá: Parla.

El resto lo dejamos para otro día. Porque hay más, mucho más.

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