15 marzo 2007

LOS POLITICOS HAN PERDIDO EL RUMBO

El enfrentamiento y la crispación, unido a la provocación constante por parte de los dos partidos políticos más importantes del país, PSOE y PP, están llevando a la Ciudadanía a un estado compulsivo, paranoico y peligroso.

No es de recibo la actuación de los líderes políticos de ambas formaciones. Desde los principales voceros: José Luis Rodríguez Zapatero, José Blanco, Alfredo Pérez Rubalcaba, María-Teresa de la Vega, Mariano Rajoy, Eduardo Zaplana, Angel Aceves... hasta los líderes locales Pedro Castro y José Luis Moreno, todos ellos están sumidos en una pelea de patio de colegio que nosotros, los paganos ciudadanos, observamos con espanto, incredulidad, vergüenza y desasosiego.

El pasado fin de semana Getafe vivió otra lamentable actuación de unos salvajes que agredieron a la sede partidista del PSOE. Han pasado cuatro años. En puertas de la anterior cita electoral las cosas eran parecidas, vándalos salvajes agredían contra la sede del Partido Popular, intentaban golpear a los políticos y afiliados del PP, les insultaban llamándoles asesinos (por lo de la Invasión a Irak; que manía de llamar Guerra a lo que no es)

Cuatro años después, otros -suponemos- vándalos salvajes atentan contra la sede del Partido Socialista acusando a los afiliados del PSOE de complices de ETA (por el trato de favor al asesino sanguinario De Juana Chaos)

La cosa está muy, pero que muy malita. A la manifestación del sábado, los socialistas (y el líder del Izquierda Unida, que parece cobrar la nómina de Ferraz) han reaccionado muy mal. No han entendido los voceros del PSOE lo que está pasando: que la Derecha ha tomado la calle y ha sabido movilizar al Pueblo para manifestarse como antaño hacia la Izquierda. Se olvidan en el edificio de Ferraz y Moncloa que hace tres años, el PSOE, sus líderes, con Rubalcaba, Rodríguez Ibarra y Zapatero entre otros, arengaban a las masas para que, en clamor ciudadano, se manifestaran contra la política exterior de José María Aznar. Se olvidan los socialistas (y Llamazares) que agredieron muchas sedes Populares, hicieron quedadas por móvil ante estas mismas sedes, se llamaba asesinos a los políticos y afiliados del PP. Fue una movilización popular, orquestada desde Ferraz, pero ciudadana al fin y al cabo, de personas que entendieron no estar de acuerdo con la política (nefando es cierto) de José María Aznar en cuanto a la catástrofe del Prestige y, sobre todo, el apoyo estúpido y criminal a la Invasión de Irak.

Los ciudadanos salieron a la calle, se manifestaron, criticaron, expusieron su repulsa a una política gubernamental. El Pueblo soberano acusó, juzgo, condenó y ejecutó al artífice de esa política, José María Aznar-Partido Popular, y les hecho del poder. Así es el juego democrático: por encima de los ciudadanos no hay nada ni nadie.

Hoy la cosa es similar, sólo que con otras siglas. El Pueblo está acusando, manifestándose y juzgando al presidente Zapatero por su nefanda política antiterrorista. No le gusta a la ciudadanía que se trate especialmente bien a un asesino salvaje e inhumano; no entiende que se le traslade de hospital sólo para darle gusto al criminal y a su novia; no se comprende porqué se maltrata (llamándoles mentirosos y haciendo que traguen con lo que no está escrito) a los policías que custodian al asesino y a éste se le ofrece guante de seda perfumado; y no se acepta que ZP pretenda mantener una negociación con los animales etarras después del atentado mortal de Barajas (aunque ya van 3 muertos por terrorismo, un anciano por el terrorismo urbano vasco)

Y como el Pueblo no lo acepta, la Oposición de hoy (como la otra vez fue el PSOE) el Partido Popular, está orquestando la protesta ciudadana. Es su derecho, como lo fue del PSOE hace tres años.

Pero el Poder se toma mal este deambular democrático. El PP no ha digerido su derrota y culpa aún al PSOE de ello. Se equivoca. El PSOE movilizó a los ciudadanos, pero sólo porque estos estaban ahítos de Aznar, de sus tropelías, de sus errores, de un ministro de Fomento nefasto, mentiroso y cínico, del compadreo del presidente del Gobierno con el criminal petrolero Busch...

El PSOE, hoy, no acepta ni le gusta que el PP organice la revolución cívica. Pero debería ver la realidad: no un Partido con poder de convocatoria, sino a la mayoría de los ciudadanos cansados de las mentiras, de las falsedades, del cinismo, de la demagogia en materia antiterrorista de ZP.

El problema es que la tensión ha llegado, de nuevo, a lo local. Hoy día, los principales concejales de la ciudad van escoltados por policías; luego la seguridad en la ciudad está en entredicho. Cada palabra que dicen Castro o Moreno, Santos o Martínez, (Lucas ya no habla, que está en la Capital a sus cosas) y otros voceros, se torna en presión social, en violencia política, en algarada verbal.

Es triste y vergonzoso observar como se ha atentado contra la Casa del Pueblo de Getafe. Y lo es porque el diálogo está dejando paso a la violencia; otra vez.

El alcalde y líder socialista se quejó del acto terrorista (porque de esto se trata) acusando al Partido Popular de crear crispación y violencia. No fueron palabras tomadas en estado nervioso, sino muy al contrario, calmadas y meditadas. El PP reaccionó, condenando el acto.

Ayer hemos sabido que el President de la Generalidad, o sea, el presidente autonómico catalán, ha mandado correos electrónicos alentando e invitando a los ciudadanos a manifestarse delante de las sedes del PP. No es un líder político, es una Institución entera: Cataluña, la que está pidiendo violencia contra el Partido Popular. Es una situación que roza el caos.

El Ejercito español, tiene a muchas unidades en estado de Alerta Bravo y otras, incluso, en estado de alerta Charlie. Es decir, el miedo se palpa; la tensión se respira; la violencia se puede cortar con un cuchillo.

Es momento de calma, de que los políticos se sienten a dialogar, de que Moreno y Castro, Castro y Moreno se tomen un café, charlen tranquilamente y ofrezcan una rueda de prensa conjunta asegurando a los getafenses que todo está bien. Deben medir cada una de sus palabras y cada uno de sus gestos. Y recordar que vándalos salvajes pululan por doquier, y cualquier día tendremos que llorar lo que hoy hemos podido evitar.

En Getafe se palpa el miedo. En España también.

Desde aquí nuestra absoluta solidaridad con el Partido Socialista Obrero Español de Getafe por el acto antidemocrático sufrido. Nunca Mais.

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