Es una noticia nefanda, el gobierno español, por boca de José Luis Rodríguez Zapatero ha sucumbido al encanto del sátrapa monarca marroquí y le ha dado la razón en el contencioso del Sahara Occidental, por ello, España apoya, ahora, la solución alahuita: una autonomía para el Pueblo Saharaui.
Es vergonzoso y triste. España se ha doblegado y avergonzado doblemente ante el dictador rey marroquí. Primero comprándole el derecho a pescar en su zona, a cambio de 144 millones de euros (cosa que los voceros gubernamentales han informado con sordina) y después cediendo a la presión de Casablanca y aceptando el plan de Autonomía para el Pueblo Saharaui, dejándoles, de nuevo a su suerte, como pobres y desamparados refugiados. Mientras tanto, España soporta a cientos de miles de humildes marroquíes que huyen de la pobreza y dictadura de su rey, sin que éste se sienta presionado lo más mínimo.
Esta es la situación. Una ducha de agua fría para el Pueblo Saharaui privado de su derecho a ostentar un Estado, una tierra, una identidad. En el pasado les abandonamos, huyendo del avance marroquí por la cobardía del Jefe del Estado, el ahora rey Juan Carlos. Marruecos condenó como parias al pueblo Saharaui y les encerró en campos de refugiados. Hace ahora 30 años y la cosa sigue igual de mal o peor.
En este tiempo, los distintos gobiernos españoles han dado palmaditas en la espalda a los hermanos saharauis, mientras comían el ágape de los poderosos con la monarquía alahuita, la misma que prendía a nuestros pesqueros, que evitaba que faenáramos, y que nos enviaba a miles y miles de sus súbditos más pobres para que nosotros les diéramos de comer. Los acuerdos con Marruecos son siempre excelentes para ellos, nefastos para nosotros.
Ahora, con José Luis Rodríguez Zapatero, con el PSOE, los que siempre hemos defendido que el Pueblo Saharaui tiene el derecho sacrosanto de disponer de su tierra, de su estado, de su gobernabilidad, veíamos un atisbo de esperanza. De hecho, el PSOE de Getafe ha apoyado la causa saharaui plenamente, incluso algún concejal salió corriendo hacia los campos de refugiados cuando se enteró de que el Partido Popular había organizado una visita de cooperación.
Pero la realidad ha sido otra, muy cruel, el presidente Zapatero, el PSOE, ha dicho sí al rey de Marruecos y apoya la idea de una Autonomía para el Sahara Occidental. Esto no es más que una vil patraña para no entregar a sus dueños el Estado que les corresponde, cual jamás fue marroquí, y ha dejado a los pies de los caballos a los miles de refugiados que malviven en condiciones extremas. El hermano español les ha vuelto a traicionar.
Pero no podemos permitir esta injusticia y esta iniquidad. La sumisión de José Luis Rodriguez Zapatero y del PSOE al monarca alahuita no la tenemos que cargar nosotros, ni a nivel nacional, ni al regional, ni al local. De hecho, Izquierda Unida, socio de gobierno en Getafe, debería abandonarlo inmediatamente por esta vileza sin nombre. IU ha defendido, más que nadie, la independencia del Sahara, por lo que no puede sentarse ni un minuto más con aquellos que han vuelto a vender a este pueblo olvidado.
Es cierto que quedan semanas para las elecciones y que un abandono del gobierno puede entenderse de muchas maneras, pero por encima de los partidos, están las ideas; por encima de la economía está el honor; por encima de los pactos de gobierno está la lealtad al pensamiento propio; por encima de los sillones del Poder está el Poder de las propias convicciones.
Izquierda Unida, tanto Gaspar Llamazares como Ignacio Sánchez Coy deben abandonar al PSOE, partido que ha vuelto a vender al Pueblo Saharaui. Además, ZP lo ha hecho gratuitamente, sin nada a cambio. Ni siquiera la idea de frenar al Islám puede justificar este apoyo a Marruecos. De hecho, Argelia ya ha avisado a España, a Zapatero, al PSOE, de que debe elegir compañero de viaje: o Argelia con la que mantenemos una relación importantísima a través del suministro del gas, o a Marruecos que no nos aporta más que inmigración y dolores de cabeza; además de su megalomanía de querer hacerse con Ceuta y Melilla.
La piedra, en Getafe, está en el alero de Ignacio Sánchez Coy. No podremos creer a IU si vuelve a plantear la reivindicación del Pueblo Saharui, en tanto no corte, con el apoyo expreso al PSOE que ha propiciado esta situación.
Y las elecciones se acercan.
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