11 abril 2007

GUIÑOS ELECTORALES

Se nota que estamos en período electoral, y los políticos aprovechan cualquier momento o situación para vender sus promesas.

El Ayuntamiento de Getafe ha anunciado, con respecto a la instalación de antenas de telefonía celular (móvil) que solicitará a la Comunidad de Madrid (el enemigo a batir, el PP) un mapa de zonas neutras donde se puedan colocar sin riesgo para los vecinos más cercanos. Todo esto viene a raíz de las denuncias vecinales en contra de la instalación de antenas de este tipo, efectuadas por unos vecinos concretos de la calle Ciempozuelos, y de las que se hizo eco el nuevo partido Vientos del Pueblo.

El miedo de los vecinos a este tipo de instalación radioeléctrica no es nuevo. De hecho, son célebres los casos de luchas vecinales en contra de las operadoras telefónicas. Pero un gobierno municipal debe tomarse los asuntos en serio, buscando siempre el interés de los vecinos, y no su rédito partidista electoral.

Como Vientos del Pueblo se puso a la cabeza de las quejas vecinales de la calle Ciempozuelos, el gobierno de centro-izquierda getafense tomó el arco y las flechas y como moderno y castizo Robin de los bosques, lanzó los dardos contra la Comunidad de Madrid. Quisieron, como hacia el noble Hood, alcanzar a dos pájaros de un tiro, o asaetear dos manzanas con la misma flecha. Por un lado, eclipsar la rapidez de reflejos de Vientos del Pueblo al encabezar con su apoyo la protesta vecinal; y por otro lado, dejar la pelota en el tejado del gobierno regional de Dña. Esperanza.

Leyendo la noticia que ha difundido el vocero gubernamental getafense, no cabe la duda. El Ayuntamiento solicitará al fiscal de Medio Ambiente de la CAM que requiera a las empresas de telefonía móvil un estudio epidemiológico. Asimismo, pide a la Comunidad la realización de un mapa de zonas neutras donde se pueda instalar sin riesgo.

El Gobierno del Conde Castro plantea estas dos medidas a sabiendas que están envenenadas por imposibles. Veamos. El estudio epidemiológico que se requiere no tiene cabida, toda vez que el Ministerio de Industria, a tenor del miedo ciudadano y las denuncias vecinales, ordenó hace unos años un macro estudio de estas características, que resulto inocuo. El estudio consistió en que las propias operadoras apoyaron una revisión de energía radioeléctrica en todas las antenas existentes. En Madrid, sólo dos emplazamientos superaron, ligeramente, lo permitido por norma para preservar la salud: Plaza de Castilla y El Piruli. El resto, estaba lejanamente lejos de ser peligrosos. No fue suficiente con el estudio oficial sino que se obligó a un segundo estudio, cual resultó exactamente igual que el primero: no había riesgo para la salud. El Conde Castro sabe, de sobra, que al fiscal de medio Ambiente le resultaría imposible ordenar un estudio similar, a sabiendas de que ya existe uno, oficial. Los científicos no se han puesto de acuerdo en cuanto a la negatividad en la salud de este tipo de radiaciones, estudios efectuados a nivel mundial, por lo que la respuesta oficial va a ser siempre la misma: no es dañino.

En cuanto al mapa de zonas neutras, el veneno de esta idea viene en garrafa. Pretende el gobierno local que la Comunidad efectúe un estudio radioeléctrico donde se exprese los lugares adecuados para instalar estas antenas y que no afecte su radiación a las personas. Imposible, técnicamente imposible. ¿No tiene técnicos alcaldía para que le digan esto? ¿No le asesora en este aspecto la célebre ex alcaldesa de los líos?.

Las antenas de telefonía celular se instalan allí donde es necesaria la cobertura, tanto para cubrir las calles como las viviendas. Las zonas neutras no existen, radioeléctricamente, porque si la cobertura radiante no llega, no hay cobertura. Dicho de otra manera, si se instalaran las antenas en lugares donde sus radiaciones no puedan llegar a las personas, no habría cobertura para los móviles.

Todos tenemos móviles, todos los usamos, pero ninguno queremos tener la antena cerca de nosotros, mientras que pretendemos mantener la mejor cobertura posible. Es un binomio imposible. Se llegó a plantear la instalación de grandes antenas a las afueras de las ciudades, pero entonces el problema se agravaba. Primero porque la cobertura radio de esta tecnología no lo permite por distancia, más ahora que la mayoría de las personas utiliza las nuevas frecuencias de cobertura para los móviles de última generación. Pero, además, en caso de que se pudiera hacer, la potencia sería tal que achicharraría a quien estuviera delante.

Todo Getafe está lleno de antenas de móviles, incluyendo emplazamientos oficiales, como el Centro Cívico San isidro. Sin estas antenas, nadie podría hablar por teléfono; algo que, estamos, seguros, nadie está dispuesto a aceptar.

Por otro lado, muchos pensamos que las radiaciones electromagnéticas que emiten las antenas de móviles hacen daño a la salud, digan lo que digan los estudios oficiales; aunque no lo podamos probar. Pero no es menos cierto que los teléfonos, máxime los modernos, con antena incorporada (no exterior) son más dañinos que las propias antenas de las Operadoras, ya que los teléfonos son, en realidad, transceptores de radio que emiten radiaciones constantemente para estar en contacto con las células, y que se incrementan extraordinariamente cuando hablamos.

Los teléfonos móviles están produciendo casos de cáncer, de trastornos neuronales, de desfrivilaciones cardíacas, etc. Pero son los teléfonos, los malditos cacharrillos que todos portamos, los que nos están dañando. Las antenas de telefonía móvil también nos afectan, sobre todo a las viviendas que tienen frente a su haz de radiación; pero son imprescindibles para mantener el sistema.

Volviendo al gobierno local. Aprovechar que vienen las elecciones para demostrar a los vecinos que están preocupados por su salud en esta materia, cuando el mismo gobierno ha concedido cientos de licencias para otros tantos emplazamientos, parece tan hipócrita como electoralista.

Y con la salud no debe jugarse.

1 comentario:

Perezoso dijo...

La potencia radiada por las antena está en el orden de los 1000W (por cada canal, y suelen tener más de 21). La de los móviles es del orden de entre 0,25 W y 2 W.

Esto en el orden de las microondas afecta de determinada manera. Hagan la prueba, si tienen un microondas regulable, calentar durante 5 o 10 minutos a la potencia mínima que les permita, y lo mismo a la máxima. La diferencia es más que evidente. En la primera se calienta con unos cientos de Vatios, en la segunda, en un orden de miles.

También afecta la distancia, de los 1000 W radiados por una antena de telefonía, a 1Km, recibes mucha menos potencia que a 100 m (la potencia puntual se va distribuyendo por el área qu e aumenta constantemente con la distancia).

No se que pensar en torno a este tema, pero tengo claro que prefiero el móvil antes que una antena cerca (los móviles no tienen distancia de seguridad, por ejemplo), y antes prefiero tener una antena justo encima de mi casa, que enfrente, y sino convénzase mirando la manera de emitir de la antena en esta página.

http://www.mcw.edu/gcrc/cop/telefonos-moviles-salud/antenna_alta.gif

Saludos.