08 febrero 2015

¿Se acerca el final del PSOE?

Desde luego, todo parece decir que el Partido Socialista Obrero Español está en estado terminal. D. Pedro, señor del Castillo ferrazino, hace seis meses que fue elegido y la casta de los barones socialistas no hacen otra cosa que ponerle palos en las ruedas de su recién estrenado carruaje. La principal Dña. Susana, la dueña del cortijo sociata andaluz, que lo aceptó como tonto útil, y ahora ve peligrar sus ansias de poder por su extremada avaricia.

A Dña. Susana, la cortijera mayor, le importa nada Andalucía, y si gana las elecciones que ha adelantado para pillar con el paso cambiado a Podemos (su auténtico rival) cosa casi improbable, 
se marchará a Madrid en breve tiempo para optar a Señora del Castillo monclovita. O sea, traicionaría a los andaluces. Es decir, que pretendería utilizar las elecciones autonómicas con el único objetivo de catapultarse directamente a las primarias (si se hacen) y de ahí a la candidatura a primera ministra (aquí ningún partido se entera de que nuestro sistema político no es presidencialista, y que ningún candidato de un partido lo es directamente a primer ministro; que es elegido por las Cortes)

Pero es difícil llevar a cabo su estrategia porque se ha quedado más sola que la una. Ha traicionado a I.U. (una vez más, la coalición de D. Cayo ha sido el lacayo del PSOE; no aprenden de la experiencia) Dña. Susana nada quiere saber con el PP. Con Podemos está aterrada de miedo. Y no cuenta, por prepotentemente socialista con UpD o Ciudadanos.

A todo esto, Andalucía hace agua por todos lados. La corrupción es generalizadamente vírica en toda la administración en la que el PSOE tiene sillones. No paga las facturas. No controla ni administra la Sanidad, llevando a las urgencias a un caos ya crónico. No administra la Educación que está bajo mínimos. Del empleo que decir, la mayor tasa de paro de España, más empobrecimiento y contratos denigrantes; y eso que el turismo crece día a día pero no se refleja en la clase obrera, casi esclavizada con sueldos y condiciones miserables.

Con este triste panorama, el PSOE pretende que creamos que sigue siendo el partido de D. Alfonso (que gran político) pero nada más alejado de la realidad. Las cifras de las encuestas le ponen en el tercer lugar del podio. Esta medalla de bronce no sería un problema por sí misma, pero en el caso de un partido como el PSOE, en realidad una macro empresa repleta de funcionarios políticos de sueldos envidiables, es una ruina total, es el descalabro absoluto. Cada voto que pierda, cada escaño que se le escape, serán números rojos en su ya desangelada cuenta corriente... Facturas sin pagar, créditos sin devolver...

Tengo en cierta simpatía a D. Pedro, y creo, sinceramente, que lo está intentando, que trae aires nuevos, ideas novedosas, ganas de sacar a su partido del agujero. Pero los suyos no le dejan ni le dejarán, porque ello significaría demasiados cambios, de mucha profundidad, y sobre todo, tener que apartar de la primera línea del combate político a auténticos dinosaurios, incapaces, cómplices de la debacle partidista y del país, todos ellos excelentemente bien remunerados, pero ahora oscuros personajes herrumbrosos politicamente.

Veremos

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