10 octubre 2006

LA VALLA DE LA DISCORDIA

Escribe el editor Juan Manuel Alcalá en su Blog al respecto de la esperpéntica valla que ha colocado el Ayuntamiento de Getafe en la carretera de Toledo, frente al Corte Inglés. Dice el periodista getafense que la valla tenía al principio los dos escudos, el del Ayuntamiento y el de la Comunidad y que después le han incluido la frase: en campaña, pero que él no lo ha visto. Pues bien, yo sí. Yo he podido ver como la primera edición de la valla incluía los dos escudos oficiales, cosa que no se puede hacer sin el permiso escrito de las dos Administraciones: Comunidad de Madrid y Ayuntamiento. De hecho, comente a quien me acompañaba que parecía una sirvengonzada colocarlos, porque con toda seguridad, Esperanza Aguirre no había dado el visto bueno al mensaje publicitario de Pedro Castro. Así mismo, la última frase: en campaña, es posterior, es decir, una segunda edición de la afrenta.

Vayamos por partes.

El mero hecho de que el Ayuntamiento de todos los getafenses haya colocado la valla como la que nos ocupa, gastándose un dinero que no es de los concejales del Gobierno local, sino de los ciudadanos, en un asunto que no apoya ni tan siquiera conoce el Pueblo, es ya en sí una falta gravísima a la democracia.

Después, incluir el escudo de la Comunidad de Madrid (el municipal si lo puede colocar el alcalde cuando lo estime oportuno, que para eso el representante político) es otra falta gravísima, porque se toma una atribución que no le corresponde, ninguneando, en este caso, a todos los madrileños.

También hay que destacar lo chapuzas que son los que han ideado el mensaje. Como se dieron cuenta de que se habían pasado –de listos- intentaron rectificar, mal, como siempre mal. Borraron uno de los escudos, cuando ya miles de ciudadanos, usuarios a diario de la carretera de Toledo, habían podido ver los dos. Así mismo, como el mensaje sonaba a chulería, incluyeron la frasecita del final, colocándola mal, usando muy incorrectamente el lenguaje español.

El lince que ha diseñado el último sueño del alcalde es un auténtico chapucero; pareciera que, por hacerle feliz a su jefe, ha preparado una auténtica majadería que sólo ha conseguido dejar, una vez más, al alcalde en ridículo.

Ya lo venimos diciendo desde hace años: el acalde tiene, en esta legislatura, al enemigo en casa, a colaboradores muy malos, malísimos, que no saben seguirle el juego, que no saber leerle ni entenderle, que no comprenden las jugadas políticas del regidor (siempre interesantes)

El sueño de la capitalidad de la región, pese a lo que digan muchos, a mi me parece bien, es coherente y de justicia, porque Madrid-Capital no es más ciudad que Getafe. La idea no es mala a priori, pero si la forma en que el Equipo del alcalde la ha llevado a la práctica. Una propuesta valientemente política, que hizo reaccionar a ciertos colegas de Castro a la defensiva, podría haber tenido mucho más juego de cara a las elecciones, pero de nuevo, Pedro Castro, se ha visto coartado por su propio equipo, quien no ha sabido elevar la idea a realidad política, de sueño a reclamo electoral.

La valla de la carretera se ha transformado en una tontería supina, cuando podía haber sido una baza electoral interesante, ahora que las cosas vienen mal para el PSOE getafense. Pedro Castro es un gran jugador de mus, aunque en su mente fluye un enorme jugador de ajedrez. Ese es el problema. El alcalde elabora jugadas de ajedrez que su equipo toma como manos de mus; y el resultado es una tontería que no hace sino que hacer bajar la popularidad y las posibilidades políticas de su creador.

O Castro reacciona, endereza y cambia a sus fontaneros o le van, ellos, a poner de patitas en la calle.

Avisado quedas, Pedro.

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