31 octubre 2006

MORENO SE PRESENTA COMO LA ALTERNATIVA


Había dudas en algunas cabezas pensantes getafenses en cuanto a que José Luis Moreno, presidente del Partido Popular Local, fuera elegido como cabeza de lista para las próximas elecciones locales. La duda, más bien, estaba en el deseo de que no se presentara, que al final se designara otro candidato, porque así, la ruptura del PP-Getafe era segura; y con ella, se cerraban las seguras posibilidades de alcanzar el sillón de alcalde.


Pero las cosas no iban por ahí. Los que seguimos la política local de Getafe, con el fin de analizarla, sabíamos que Esperanza Aguirre había apostado, con todas las consecuencias, por José Luis Moreno, ante todo porque, por primera vez el Partido Popular está en condiciones de arrebatar la alcaldía al Partido Socialista.

La presidenta de la Comunidad no sólo ha apoyado de palabra al ahora candidato Popular, sino que no ha reparado en medios humanos, para presentar ante los vecinos, el clarísimo apoyo de todo el partido y del gobierno autonómico, al proyecto de Moreno.

Durante meses, Getafe ha sido visitado por la propia Aguirre, sus consejeros, y otras personalidades regionales, como la presidenta de la Asamblea. Esperanza Aguirre ha dejado en Getafe un saco lleno de millones de euros en infraestructuras, seguridad, cultura, etc., de forma que todos los Proyectos importantes que ha emprendido el Ayuntamiento, tienen la firma de la Comunidad y el dinero entregado por el Gobierno regional. Un claro apoyo a la ciudad, una llamada de atención, necesaria, a todos los vecinos, para que comprendan que, con Aguirre en la Comunidad y Moreno en el Ayuntamiento, las cosas sólo pueden ir para mejor en la ciudad.

Es lógico. Moreno ha presentado 500 propuestas para cambiar la ciudad en estos tres años largos de legislatura. Ha luchado cerca de los nuevos movimientos vecinales, no afines al alcalde Castro, cuales, han configurado un nuevo mapa político local. Moreno ha trabajado con la tranquilidad que le ofrecía sentirse apoyado, por primera vez, por la cúpula de su partido y del Gobierno Regional. Atrás han quedado las malas maneras y las traiciones de Gallardón, más preocupado de sí mismo y de complacer a su “amigo” Castro, que de apoyar a su compañero.

Pero algo más, y más importante ha cambiado en este asunto. José Luis Moreno era vilipendiado hasta hace un año, y los voceros gubernamentales coreaban por doquier que no sería el candidato, que nadie le conocía en la ciudad, que no había hecho nada en todos estos años... Pero la realidad es tozuda y se manifiesta cuando es preciso.

Moreno tiene en su haber varios logros, a cada cual más importante.

Ha pacificado y unido a su Partido en la ciudad. Ha creado un equipo de trabajo fuerte y unido, que ha desarrollado sus tentáculos políticos en todas las capas y estructuras sociales de Getafe. Ha conseguido, a base de tesón, el respeto y apoyo de sus jefes y compañeros en la Región. Ha conseguido que, por primera vez, Pedro Castro y sus principales lugartenientes (el resto no se entera) teman por el resultado de las próximas elecciones. Y Moreno ha conseguido hacerse conocer y respetar por el Pueblo, por las asociaciones, por el tejido social y cultural de la ciudad.

Hoy José Luis Moreno es una clara alternativa al sempiterno Castro. Indudablemente no son personajes comparables. Pedro Castro ha sido un excelente alcalde, comprometido hasta el tuétano por su ciudad, de claras ideas socialistas, hábil negociador y, sobre todo, un increíble estratega político. José Luis Moreno le sigue a la zaga, y algunas de las características políticas que más nos han llamado la atención es su capacidad de trabajo, el mantenimiento férreo de su proyecto, la fidelidad a los que le son fieles y su capacidad para negociar y formular estrategias; aunque destacaríamos su concepción de la amistad y las relaciones humanas.

Castro es hombre de papel, Moreno de ordenador. Castro ha visto pasar su tiempo dejando una impronta que nadie se atreve a modificar, Moreno esta creando su imagen y sabe delegar. Pero sobre todo, Castro es tiempo pasado, y Moreno es tiempo futuro.

La lucha por la alcaldía va a ser injusta. No porque los contendientes no actúen con honor, ambos son caballeros, sino porque los ciudadanos van a ver lo que fue y lo que será, lo que ya conocen y lo que está por conocer; pero, sobre todo, van a observar a un político cansado, rodeado de interesados y con un proyecto prácticamente acabado (aunque haya realizado un fantástico trabajo) frente a otro político, mucho más joven, emprendedor, con proyecto nuevo y novísimas ideas y, sobre todo, que se permite y lo demuestra, ser un hombre de su tiempo.

A muchos habrá escocido que el Partido Popular haya elegido candidato a José Luis Moreno. Algunos no teníamos dudas. Y aunque el gobierno local lleva meses luchando electoralmente contra la subida imparable en intención de voto del PP, lo cierto es que la designación y el protagonismo que su partido le ha proporcionado en el acto de Fuenlabrada, es la clara señal de que algo ha cambiado en la política de Getafe, y que el resultado electoral está abierto, pero, por primera vez, los Populares cuentan con reales posibilidades de hacerse con el sillón, sin pactar, por mayoría absoluta.

Como nos ha dicho el propio José Luis Moreno, “ahora les toca decidir a los ciudadanos” Indudablemente, pero para eso deben estar bien informados, y en este asunto, Moreno gana por una cabeza a Castro.

La cosa promete. No se pierdan esta columna, donde les iremos informando.

13 octubre 2006

AGUIRRE VS CASTRO O LAS AMISTADES PELIGROSAS

La inauguración del nuevo Corte Inglés del Bercial deparó algunas sorpresas curiosas. La primera, el enfrentamiento de algunos vecinos con el alcalde Castro, ciudadanos que se sienten estafados al no poder hacer aún uso de sus viviendas, pese a estar pagándolas y haber esperado casi diez años. La culpa no es de el alcalde, Pedro Castro, sino de la Junta de Compensación, claro está, el edil es responsable al permitir, tan socialista que es él, que los ladrilleros le organicen un barrio. Pero aunque no sea el culpable, suena mal y se ve peor que se acerque a inaugurar a bombo y platillo un centro comercial, cuando sus vecinos están en la puñetera calle. Es poco ético y políticamente un error irresponsable.

Pero lo más importante, lo que nos ocupa el pensamiento es el enfrentamiento entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y el alcalde de Getafe, Pedro Castro.

La presidenta llegó a El Bercial muy enfadada y dispuesta a desenterrar el hacha de guerra. La batalla comenzó en la Asamblea, cuando tras encajar varios golpes de Rafael Simancas (el invisible, porque para el PSOE no existe, no tiene ninguna importancia en Madrid, y eso que es el jefe del PSM) en cuanto a urbanismo. Simancas, tan inútil políticamente como siempre (cuándo aprenderá esta criatura) quiere basar su lucha electoral contra la, cada día más fuerte, candidata Popular en el urbanismo regional. Es bien cierto que el Partido Popular está sufriendo sus miserias urbanísticas en las ciudades y pueblos que gobierna, pero no lo es menos, que el PSOE tiene también muchas miserias y secretos inconfesables. Simancas quiso noquear a la Presidenta y ésta, hábil y rápida de reflejos, le conminó a organizar una Comisión de Investigación en la Asamblea en torno al “ladrillo”, o sea, del urbanístico regional, eso sí, incluyendo a Getafe socialista, nominativamente y a Rivas Vaciamadrid, izquierdista. Es decir, investigar lo hacemos, pero también incluimos a vuestros feudos; debió pensar la presidenta.

Esperanza Aguirre llegó a El Bercial y en lugar de comportarse cariñosamente con el alcalde, como hace siempre, le lanzó un par de puñetazos al hígado (dialécticos, no me sean mal pensados) que dejaron boquiabierto al veterano socialista. No se esperaba Castro esta entrada de su “amiga” presidenta, expresando, al ver todas las obras en construcción: “aquí hay mucha especulación”. El corte de Castro y su séquito fue morrocotudo. Desde siempre, la relación de ambos líderes cuando se encuentran en un acto institucional ha sido más que correcta, cariñosa y respetuosa. Pero en esta ocasión la presidenta fue a saco.

El tema ha sido poco analizado en los mentideros getafenses, quedándose como una anécdota del mal día político que estaba pasando Aguirre, o bien de una estrategia regional que sufrió Castro por que le tocó. Pero el asunto tiene mucha enjundia y promete trasformarse en un terremoto que, quien sabe, podría remover a más de un culo de su silla.

El tema transciende la batalla urbanístico-electoral que ha comenzado Rafael Simancas, aunque en este ámbito, promete ser sangrienta para ambos bandos, incluyendo a Izquierda Unida. El Partido Popular se ha cansado de escuchar que todo cuanto ellos emprenden en materia de vivienda es especulación, y cuanto hace PSOE e IU es social. Y han contraatacado, fijándose en la ciudad más corrupta urbanísticamente hablando del país después de Marbella: Getafe.

Getafe guarda muchos secretos, muchas miserias ladrilleras y muchos “poco éticos” cercanísimos al Poder. Pero, como decimos, el asunto transciende este aspecto.

Detrás hay otra guerra abierta: la Guerra de la Comarca Sur. La Comarca Sur, ese ideal que algunos propugnamos, está compuesta (con todo lo que está creciendo) por casi 2 millones de almas y forma, en realidad, una minicomunidad dentro de la Comunidad. Es la zona más próspera y más desarrollada, contando con los principales actores de la escena política madrileña. Es, además, el feudo de la izquierda socialista, el cinturón rojo, de forma que constituye un reto y una necesidad para la presidenta Aguirre.

Pedro Castro es, virtualmente, el jefe de esta Comarca, y detrás de su campaña por la capitalidad, valla incluida, está su deseo de dirigir y presidir la Comarca Sur, echando al PP de algunas ciudades claves como Móstoles. Esta sería la estrategia de Castro al vender su sueño de Capitalidad: al saber la imposibilidad de alcanzarla, acerca la posibilidad de entronarse comarcalmente.

Esperanza Aguirre sabe que el Sur es imprescindible para dominar a la Región, y que su principal baza política pasa por romper el cinturón rojo madrileño. Para ello, el enemigo a batir es Pedro Castro. Y Simancas se lo ha puesto a huevo.

Hablar de especulación urbanística es hablar de Getafe. Eso lo saben todos. Por ello, Esperanza Aguirre ha lanzado el órdago de la Comisión, porque sabe que los socialistas no se pueden permitir que la Asamblea entre en los secretos del ladrillo getafense, dominado y controlado por los “no éticos”. Pero la cosa está en saber si se trata de un órdago o de una estrategia bien definida. El PP tiene mayoría en la Asamblea y puede promover la Comisión de marras. De hacerlo, pondría a los pies de los caballos a varios alcaldes, entre ellos, algunos de los suyos, pero... ¿Merece la pena el sacrificio?

Posiblemente sí. Aguirre es consciente de la importancia de Getafe, del Sur, y de la Comarca. Es una batalla que no se puede permitir perder, por lo que, siguiendo la estela de Busch quien defiende que en toda guerra hay bajas por “fuego amigo”; habría compañeros a los que sacrificar por la causa. Además, si Aguirre renueva el cargo, cosa más que segura, buscaría a sus defenestrados compañeros el apaño necesario como para que su sacrificio martírico mereciera la pena. Pero, ¿y Castro?. Esta es harina de otro costal.

El Ayuntamiento, por boca del bueno de Francisco Santos corrió a declarar que el gobierno local no tiene ningún miedo a que se investigue judicialmente el urbanismo de Getafe. Con ello, el inteligente político socialista (éste si lo es, no como algunos compañeros suyos) metía en el mismo saco a Izquierda Unida, por si las moscas, y porque Gregorio Gordo está todavía campeando por las calles getafenses. Pero la cosa no va de eso. Las miserias urbanísticas de Getafe (como de la mayoría de las otras ciudades en entredicho) no son asunto judicial, en ello los jueces y fiscales poco pueden probar, son asunto político. Los ladrilleros se la cogen con papel de fumar y se cuidan mucho de mostrar un solo hilo del que pueda tirar el fiscal anticorrupción. Pero en cuanto a la decencia política, todo es diferente.

La Comisión regional no abordaría temas legales, no es su competencia, sino políticos, y aquí, el Ayuntamiento de Getafe tiene mucho, demasiado que callar. Y esta es el arma que tiene Esperanza Aguirre, y ella lo sabe bien.

No hablamos de que los ladrilleros pasen por el juzgado, sino que toda la trama urbanística de Getafe, comenzando por los “no éticos” tendrían que sentarse en la mesa inquisitorial regional, obligatoriamente, y responder a las preguntas del Partido Popular. Saldrían tantas cosas políticamente no correctas, que temblarían hasta los cimientos toda la estructura municipal de la ciudad. Y además, por la Comisión pasaría Francisco Santos, Francisco Hita, Alonso, Neira y el mismo Pedro Castro. Luz y taquígrafos para todos ellos (y muchos más), luz y claridad para poder mirar, de una vez, la ropa interior del ladrillismo getafense.

Y las elecciones en puertas. Si el urbanismo de Getafe pasara por la Comisión regional, la candidatura de Castro no haría agua, se disolvería como azucarillo en café caliente. Y esto pasa de ser un órdago a un aviso serio de ruina.

Simancas le ha puesto en bandeja a Esperanza Aguirre la cabeza de Pedro Castro. Cuanto más presione Rafael a la presidenta, más lo hará ésta sobre el alcalde getafense. Cuanto más acuse el PSOE al PP de especulación, más daño se producirá en la agrupación socialista de Getafe.

En juego está el Cinturón Rojo, la Comarca, y la Comunidad. Esperanza Aguirre se juega su ascenso a candidata para la Moncloa en las próximas elecciones. Lo sabe, lo quiere, y por eso lleva tres años apostando por Getafe, capital virtual de la Comarca Roja, y preparando el asedio político al gobierno del socialista Castro.

La guerra ha comenzado. Lo de El Bercial fue un primer aviso. Pero la realidad es que Pedro Castro tiene muy poco margen de maniobra. Está rodeado por las miserias y maldades urbanísticas. El Bercial levantado porque los vecinos, los mismos que le tienen que votar para alcalde no pueden entrar en sus casas. Izquierda Unida con el hacha levantada, amenazante, por la jugada que les quieren hacer con las parcelas (viviendas) que le corresponden al Ayuntamiento en Los Molinos-Buenavista, que se las quieren otorgar a las Casas Regionales y a otras asociaciones afines. Las asociaciones vecinales no cercanas al partido mostrando la realidad de una ciudad deplorable en cuanto a limpieza, calles, aparcamientos, etc. La Ecotasa y sus juicios...

Si con todos estos frentes, Pedro Castro tiene que acudir a la Asamblea a responder por la especulación urbanística en su ciudad, generalizada y consentida por más de dos décadas, las elecciones se van a transformar en la subida al Naranco.

Además, Castro quedaría solo, porque los “no éticos” salvarían su culo, ya que lo único que les podría preocupar es que fuese un juez quien les hiciera las preguntas.

Esperanza estuvo poco elegante, bien es verdad, pero en guerra abierta es difícil guardar las formas. Castro se quedó perplejo, pero peor quedará si el PP decide organizar la Comisión.

Y es que París bien vale una misa.

10 octubre 2006

LA VALLA DE LA DISCORDIA

Escribe el editor Juan Manuel Alcalá en su Blog al respecto de la esperpéntica valla que ha colocado el Ayuntamiento de Getafe en la carretera de Toledo, frente al Corte Inglés. Dice el periodista getafense que la valla tenía al principio los dos escudos, el del Ayuntamiento y el de la Comunidad y que después le han incluido la frase: en campaña, pero que él no lo ha visto. Pues bien, yo sí. Yo he podido ver como la primera edición de la valla incluía los dos escudos oficiales, cosa que no se puede hacer sin el permiso escrito de las dos Administraciones: Comunidad de Madrid y Ayuntamiento. De hecho, comente a quien me acompañaba que parecía una sirvengonzada colocarlos, porque con toda seguridad, Esperanza Aguirre no había dado el visto bueno al mensaje publicitario de Pedro Castro. Así mismo, la última frase: en campaña, es posterior, es decir, una segunda edición de la afrenta.

Vayamos por partes.

El mero hecho de que el Ayuntamiento de todos los getafenses haya colocado la valla como la que nos ocupa, gastándose un dinero que no es de los concejales del Gobierno local, sino de los ciudadanos, en un asunto que no apoya ni tan siquiera conoce el Pueblo, es ya en sí una falta gravísima a la democracia.

Después, incluir el escudo de la Comunidad de Madrid (el municipal si lo puede colocar el alcalde cuando lo estime oportuno, que para eso el representante político) es otra falta gravísima, porque se toma una atribución que no le corresponde, ninguneando, en este caso, a todos los madrileños.

También hay que destacar lo chapuzas que son los que han ideado el mensaje. Como se dieron cuenta de que se habían pasado –de listos- intentaron rectificar, mal, como siempre mal. Borraron uno de los escudos, cuando ya miles de ciudadanos, usuarios a diario de la carretera de Toledo, habían podido ver los dos. Así mismo, como el mensaje sonaba a chulería, incluyeron la frasecita del final, colocándola mal, usando muy incorrectamente el lenguaje español.

El lince que ha diseñado el último sueño del alcalde es un auténtico chapucero; pareciera que, por hacerle feliz a su jefe, ha preparado una auténtica majadería que sólo ha conseguido dejar, una vez más, al alcalde en ridículo.

Ya lo venimos diciendo desde hace años: el acalde tiene, en esta legislatura, al enemigo en casa, a colaboradores muy malos, malísimos, que no saben seguirle el juego, que no saber leerle ni entenderle, que no comprenden las jugadas políticas del regidor (siempre interesantes)

El sueño de la capitalidad de la región, pese a lo que digan muchos, a mi me parece bien, es coherente y de justicia, porque Madrid-Capital no es más ciudad que Getafe. La idea no es mala a priori, pero si la forma en que el Equipo del alcalde la ha llevado a la práctica. Una propuesta valientemente política, que hizo reaccionar a ciertos colegas de Castro a la defensiva, podría haber tenido mucho más juego de cara a las elecciones, pero de nuevo, Pedro Castro, se ha visto coartado por su propio equipo, quien no ha sabido elevar la idea a realidad política, de sueño a reclamo electoral.

La valla de la carretera se ha transformado en una tontería supina, cuando podía haber sido una baza electoral interesante, ahora que las cosas vienen mal para el PSOE getafense. Pedro Castro es un gran jugador de mus, aunque en su mente fluye un enorme jugador de ajedrez. Ese es el problema. El alcalde elabora jugadas de ajedrez que su equipo toma como manos de mus; y el resultado es una tontería que no hace sino que hacer bajar la popularidad y las posibilidades políticas de su creador.

O Castro reacciona, endereza y cambia a sus fontaneros o le van, ellos, a poner de patitas en la calle.

Avisado quedas, Pedro.

03 octubre 2006

¿A QUIEN TIENEN QUE VOTAR LOS CRISTIANOS?


Buena pregunta, ¿verdad?, ¿A quién tienen que votar los españoles que se consideran cristianos en las próximas elecciones?. Pese a lo que opinan los políticos profesionales, los cristianos tenemos la obligación de colaborar con la Sociedad en la que vivimos, y dado que el Sistema Partidocrático sólo nos permite la libertad de elegir a "nuestros representantes" para que efectuen la gestión de gobernar, debemos pensar mucho y bien a quién le vamos a otorgar nuestra confianza, nuestro voto.

Por encima de las ideas políticas está el derecho de Conciencia que, como seres humanos, todos tenemos. Este derecho de conciencia es trascendental, porque entra dentro del ámbito religioso, en el más profundo estamento de nuestro Ser.

Los cristianos católicos formamos parte de la Sociedad española, mal que les pese a las nuevas miríadas de políticos laicistas, que pretenden absorber en exclusiva el derecho de hacer política. Para ellos, con el presidente José Luis Rodríguez a la cabeza, los cristianos deben recluirse en las sacristías, y dedicarse únicamente a la catequesis, dejando el resto del devenir diario de la Sociedad a ellos mismos y sus adláteres agradecidos.

Pero la realidad es otra. El católico, que en España se cuenta por millones, tiene el derecho a votar, claro está, pero también a decidir, a compartir la sociedad, a elegir y hacerla caminar por donde su Conciencia determine. Exactamente igual que el resto de los ciudadanos no católicos, pero eso es, exactamente igual, no menos. Por extensión, los líderes espirituales de los católicos, los Obispos, como pastores y ostentadores de la cátedra religiosa, así como ciudadanos libres, tienen el derecho y la obligación de orientar a la Asamblea católica hacia el camino más cercano a Cristo, siempre siguiendo la vía principal del Evangelio.

A los políticos profesionales, a prácticamente ninguno, les gusta que los católicos en general opinen, menos aún los Obispos, porque el auténtico creyente lo hace con base a su Fe en Cristo y al mensaje de amor que nos muestra el evangelio de Dios. Y para menoscabar este derecho a pensar y a opinar, los políticos hacen todo cuanto pueden para evitar que los católicos actúen con libertad.

Pero como al campo no se le pueden poner puertas, de la misma forma, a los católicos no se les puede extirpar su fe, ni su conciencia cristiana, ni su derecho a seguir el Evangelio.

Y cómo los políticos sólo nos permiten opinar y decidir cada cuatro años en las llamadas elecciones libres, que no son tales, porque no aseguran la confidencialidad absoluta y son listas cerradas, por lo que has de tragar con lo que el partido de turno quiera, los católicos tenemos que orientar nuestro voto hacia el político o partido que, realmente, defienda y trabaje por los ideales cristianos y evangélicos. Es nuestro derecho y es nuestro deber.

Podemos recibir instrucciones a este respecto de nuestros pastores, los Obispos, podemos y debemos, al igual que los políticos orientan y arengan a las masas de ciudadanos, sólo que éstos, los políticos, mienten con descaro y normalidad; es decir, cada uno puede y debe decir lo que estime conveniente sin que el otro se sienta por ello atacado o vilipendiado. De hecho, los únicos que atacan y vilipendian son los políticos con sus engaños, mentiras e intercambio de favores.

Pero, ya sea con el consejo del obispo o no, los católicos debemos orientar nuestro voto hacia la opción que sea más cercana al Evangelio de Jesús, y en todo caso, negar el voto a aquellos partidos o políticos que defiendan y trabajen por causas anti cristianas, como son el crimen del aborto, el crimen de la investigación con embriones (auténticos seres humanos) las políticas contrarias a la familia como elemento estructural básico de la sociedad, política contra el matrimonio, etc.

Tenemos, los católicos, la obligación de luchar contra aquellos que mantienen posturas no respetuosas con los derechos humanos, contra los que hacen políticas en contra de la vida y los derechos de los más indefensos. Y como no nos dejan otra opción, debemos de luchar con nuestro voto.

Los partidos y los políticos se sienten por encima de la religión, del Hecho religioso, de la Moral, de la Filosofía, de la libertad de Conciencia, y por ello, además de aplastar a las distintas confesiones religiosas, principalmente a la católica mayoritaria, mantienen políticas contrarias a la mayoría de las confesiones espirituales.

Otra forma de atacar al catolicismo es, no lo dejemos de lado, el apoyo a la religión islámica y a sus postulados que son, no lo olvidemos, contrarios en gran parte a los derechos humanos. La política de ZP es de igualar a las dos religiones: Cristianismo e Islam en España, apoyando a éstos, en contra de los otros, sabedor de que España y Occidente (Europa principalmente) es cristiana por historia, por desarrollo y por sus ciudadanos. ZP ha llegado, con sus consignas laicistas, a igual los derechos de los ciudadanos españoles con los derechos de los que no son ciudadanos, menoscabando la propia Constitución española.

Se acercan las elecciones regionales y municipales. Los católicos tenemos que tomar buena nota de los programas políticos primero, y de la forma de hacer política real de cada político y gobernante después, y elegir entre aquellos que siguen una pauta cristiana. No valen medias tintas. Un político que defienda el aborto no puede ser votado, jamás, por un cristiano. Un político o gobernante que defienda la investigación con embriones-seres humanos, no puede ser votado por un cristiano. Igual sucede con otras fórmulas políticas tan en boga hoy día.

Quizá nos encontremos, después de analizar a todos y cada uno de los políticos y partidos, que ninguno se merece nuestro voto. Para ello tenemos una opción democrática perfecta: el voto en blanco o el voto nulo. Con ellos hacemos uso al derecho de elegir, de votar, pero les mostramos que ninguno nos sirve.

¿Qué pasaría si la mayoría de cristianos, las tres cuartas partes de la Sociedad española, votara en blanco? Pues que el Sistema partidocrático caería, y los políticos cambiaran su mensaje y discurso, alineándolo con las tesis cristianas. Ni más ni menos.

¿Es justo hacer esto? Por supuesto, es más, es nuestro derecho democrático: elegir a quien va a defender nuestros ideales.

Es el político el que tiene que acercarse a las ideas y deseos del ciudadano, el que se tiene que aclimatar a los deseos de la sociedad, y no el ciudadano y la polis la que se aclimate a la idea del político profesional. El Sistema está tan corrompido, tan prostituido, que el político no está al servicio de la ciudadanía, sino que ésta está al servicio del político y de su partido (o sea, del líder de ese partido)

No podemos consentirlo más. El católico debe tomar todos y cada uno de los programas electorales, leerlos y subrayar aquello que es anticristiano, y elegir en consecuencia.

La mayoría de los obispos callan cuando llega el proceso electoral, encerrándose en su sede catedralicia y esperando que pase el temporal. De esta forma, España está gobernada, en todas sus Administraciones, por políticos contrarios al Evangelio de Jesús. Sin embargo, hay obispos valientes que si dan la cara y están pregonando la realidad: los ataques a la Iglesia, las políticas contrarias a la doctrina, etc. Es el momento de volver la cara hacia esas sedes episcopales, como la de Toledo, donde D. Antonio ha tomado la mitra y el báculo (señal de autoridad y de cátedra) y está lanzando las consignas cristianas que nos orienten de cara, no sólo a la cita electoral, sino a la defensa de la Iglesia. Obispo, D. Antonio, que no teme enfrentarse con la clase política, con los partidos, cuando se trata de defender la Fe y la Iglesia, y lo mismo arremete, siempre con educación y caridad, contra la política de Zapatero que contra la postura de la candidata del Partido Popular a Castilla la Mancha, madre soltera por inseminación artificial que, encima, alardea de ello. Deberíamos exigir a nuestros obispos correspondientes la misma valentía y arrojo y la misma altura de Pastor, pero mientras esto se produce, el catolicismo debe virar la vista hacia Toledo y encontrar el camino.

Nos jugamos mucho, la propia supervivencia de la Iglesia.