06 diciembre 2008

PEDRO... LA QUE HAS LIADO

D. Pedro Castro Vázquez, alcalde de Getafe y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias ha liado la de san Quintín con una salida de tono, de estilo, de madre (en román paladino) insultando gravemente a los miles de ciudadanos que votan y votaron Partido Popular (y otros partidos de la derechona) en Getafe; y por extensión a todos los simpatizantes y votantes del ala derecha de la política partidista española.

En el Castillo getafense han crujido hasta las mazmorras (lugar en el que ahora no se encierra a los enemigos, sino a los amigos cortesanos descontentos con el Conde) ante las atronadoras palabras de D. Pedro. "Tontos de los cojones", así definió el conde Pedro a los votantes de la derecha. Sin palabras.

Es bien cierto que el alcalde de la Capital de Madrid ha pedido perdón en varias ocasiones porque, sincero como siempre es ha reconocido que se trató de un calentón visceral. ¿Seguro?

Es bien sabido que los políticos inteligentes pocas veces dan puntada sin hilo; y el Conde es, ya lo tenemos dicho, el político español más estratega. Por eso extraña la frase de D. Pedro. Todos saben que al buen Señor del Castillo sureño se le calienta la boca con facilidad en sus mítines, y encuentros con los suyos, pero también es conocido que mide lo que dice con matemática habilidad, por lo que acometer contra millones de ciudadanos de forma compulsiva, vehemente y, sobre todo, gratuita, no se ajusta al talle de su manto.

En los aledaños del Castillo monclovita se escucha por doquier la consigna de darle caña a todo cuanto huela a marquesa de Madrid. D. José, el Pepiño, no se mordió los labios el otro día acusando a la marquesa de cobarde y de haber abandonado a su prole empresarial en la India tras el atentado sarraceno. Otra salida de madre que, por cierto, ha pasado mucho más desapercibida y, sobre todo, nadie ha pedido la dimisión ni el exilio voluntario de la más sibilina y maléfica lengua del reino.

Por eso, uno cree que D. Pedro, fiel escudero de D. José Luis I el alianzadorcivilizatorio, siguiendo la consigna de la Torre monclovita, ha utilizado unos momentos de asueto partidista para arremeter con saña contra los votantes del PP, pero, posiblemente, detrás de esta triste equivocación se encuentre la idea clarísima de mandar otra piedra catapultada contra el Castillo de la Puerta del Sol; y es que en el PSOE, todo vale con tal de frenar el avance lento pero imparable de la marquesa al castillo monclovita. Y es que, no nos vengamos a engaño, la marquesa Dña. Esperanza, continúa velando armas, permanentemente, con sus caballeros y escuderos no contra el ZPeriano, sino contra su jefe de filas, el mismísimo D. Mariano, caballero triste y desangelado que camina más hacia atrás retaguardia que hacia vanguardia. De hecho, los penosos hechos acontecidos en la India a la marquesa, lejos de desgastarla, pese a los esfuerzos de D. Pepín, le ha ganado otro puñado de votos, de los suyos y de los españoles todos, porque se ha mostrado como una política de carne y hueso que teme, que tiene miedo de las balas y las bombas, que huye como cualquiera de la muerte cierta y que lo primero que hace tras aterrizar, y besar y abrazar a su familia (y llamar a su madre, que no falte nada) es presentarse en su castillo y en el mismo puente levadizo, hablar con las piernas enfundadas en los calcetines del avión, aún temblorosa y agotada, del susto y del viaje. Es decir, una presidenciable más cercana y humana de lo habitual. Esto si es política-partidista de raza.

Todo vale con tal de frenar a la marquesa. Todo sirve con tal de que su camino hacia la Moncloa se frene en cualquier cuneta. Y D. Pedro, valiente caballero, forjado en mil batallas, hace suya la orden y arremete en cuanto que puede.

Sólo que, esta vez, se ha pasado, dos pueblos. Y no ha debido calcular bien su jugada porque la marquesa, que mantiene bajo su guante de hierro a todo el PP madrileño, incluido a sus alcaldes peperos, ha lanzado la orden de ataque y asedio de la torre castrista, por lo que hay que temer las palabras de la Señora: Pedro Castro dimitirá… O no.

En todo caso seguiremos atentos al desarrollo de esta nueva batalla.

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