26 enero 2008

DE CASTRO, DE LUCAS, DE GALLARDON Y DE AGUIRRE

Nada es causal en este mundo, y menos en política profesional, donde casi nadie da puntada sin hilo.

Hace tiempo que predicaba en estas mismas páginas virtuales la posibilidad y necesidad para la Izquierda madrileña de que D. Pedro, el conde de Getafe, diera un paso adelante y se presentara como rival de Dña. Esperanza, la marquesa de Madrid. Decíamos y escribíamos que con D. Pedro dando caña en la Comunidad, sabedor como es de las políticas locales y como uno de los mejores estrategas políticos del País (ya quisieran tenerle en sus despachos D. Mariano el Valido y D. José Luis el Turco; pero, peor para ellos) la Izquierda madrileña tendría una oportunidad. Pero la cosa no fue así y D. Rafael fue derribado del caballo de la política y quedó en los calentitos establos que supone el Senado español junto a D. Manuel el añejo Franquista (a ver si algún día alguien nos explica para que sirve esta Cámara con piscina)

Hoy todo ha cambiado mucho. D. David está en Madrid dándole al Faraón hasta donde no duele, teniéndole cogido por las verguenzas con el Caso Guateque, y saliendo a todas horas en los informativos mostrando a la ciudadanía que el Ayuntamiento de Madrid es el peor gestionado de todos los españoles; y eso que no cuentan la campaña salvaje de privatizaciones que están realizando, como, por ejemplo, con los servicios de bedeles, metiendo a una empresa de coleguitas y no sabiendo que hacer con los funcionarios (para ejemplo un botón; y otro día hablaremos de las priovatizaciones de la Comunidad)

Y D. Tomas, el barón de Parla, manteniendo a las huestes socialistas madrileñas como un sólo caballero (perdón por las damas pero el mundo de la caballería no las incluía, pero que no me lo tomen a mal, veremos como las vamos incluyendo, aunque tengamos que imitar al Maestro Umbral e inventarnos palabras) sujetándo las bridas con mano de hierro y consiguiendo que hasta para orinar le pidan permiso primero.

Pero Dña. Esperanza campea por su marquesado como si fuera su propio jardín de petunias. Nadie le dice nada, y se permite jugar a sus dos actividades favoritas: machacar al Faraón de la M-30 (que sólo le queda meterle en el potro) y tocar las narices al presidente ZP, de paso, demostrando a D. Mariano el Valido y al Partido todo, que con el permiso del empresario Rato, ella es la líder indiscutible. ¿Será una estratagema de D. José-María, el ex presi y amiguete del asesino Busch?

Lo cierto es que D. David, quien se tuvo que marchar del Castillo saliendo por la puerta lateral izquierda de la Torre, porque ya no le dejaban ni tirar con el arco (mucho menos manejar la espada) está haciendo su carrera en Madrid y moviendo muy bien los hilos de la Izquierda, mostrando y demostrando que otra Izquierda es posible, si se actúa con inteligencia, mano izquierda y parsimonia, y catapultándose como líder del PSM del futuro.

Así las cosas, la guerra por la capital está cambiando de colores. Los estandartes socialistas comienzan a ondear con orgullo y los ciudadanos que piensan y votan izquierda pueden mirar al futuro con esperanza. Con el Faraón casi derrotado, sin caballeros que le sigan, excepto los fieles lacayos a los que bien paga con el dinero de todos, y sin tierras donde cabalgar ya que la Marquesa lo tiene todo bajo control, D. David puede casi pasear al trote con su alazán preparando las próximas elecciones.

Pero la Comunidad es otra cosa. Si gana D. Mariano en Marzo, cosa más que probable, vistas las encuestas, Dña. Esperanza tomará todas las encomiendas necesarias para satisfacer sus inconmensurables ansias de poder y se hará fuerte en el Castillo madrileño, a prueba de asedios, y comenzará a pergeñar su ascenso hasta el castillo monclovita; al tiempo. Y mientras D. Tomás, haciendo triplete: en Parla, donde no tiene rivales ni contrarios, en el PSM donde todos los dedos son huéspedes, y en la Asamblea, donde tiene los enemigos más crueles entre sus compañeros, a los que no les permite ni hablar ni pensar; así, no puede plantear la estrategia de guerra contra la Marquesa.

Quien sabe. A lo mejor, el próximo rival de Dña. Esperanza es D. David. Y mientras, D. Pedro, en su castillo, cada día menos importante, más pequeño y menos influyente, ve como su otrora mano derecha le ha adelantado, superado y colocado en lo más alto. Y es que hasta el mejor escribano echa un borrón; y en la estrategia política, como hemos dicho muchas veces, D. Pedro se ha dejado aconsejar muy mal. Y además, nos ha leído poco. Aunque, nunca es tarde... De momento, nosotros continuamos.
Y lo contaremos.

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